Dibujo de manos y Cabeza

Pescar una idea es lo más difícil, pero una vez que se ha visto la claridad, lo más recomendable es prepararse para lo que se viene. Y lo que se viene es la parte más reveladora de ilustrar: es encontrar formas, valerse de recursos, desechar ideas, proponer otras. Es desaprender y volver a aprender, todo esto en el mismo espacio en el que vamos creando. Lo que viene después es la transición que se sufre casi patológicamente, como el hambriento de gula que ha saciado su necesidad y queda en la duda de volver a probar bocado o simplemente descansar. Yo estoy justo ahí, en ese estadio que me hace repensar una y otra vez el porqué elegí esto como oficio, o si el oficio me eligió a mí. Trato de distraerme, trato de no pensar (cosa dificilísima para un neurótico) Es ahí que me pierdo con las chicas; la flaca del otro día que me aturdió lo más hondamente, y que me sigue doliendo en alguna parte de la pélvis. Y fumo marihuana por las mañanas; y salimos Cody y yo en busca de aventuras, y nos inventamos proyectos que jamás ocurrirán. Todo esto resguardado en ideas de ultra conservador: herencia paternal que he detestado siempre. 

Hoy tomé a el diablo por las astas, y empecé a dibujar, tranquilo, sin presión de ningún tipo. Ordené primeramente el tallercito; limpié como buen chico los muebles y los papeles, acomodé mis acuarelas, mis lápices, mis carbones. Dejé a un lado la pantallita del celular y las cosas salieron muy bien. Por la noche, tengo el plan de leerme los libros que me compré el otro día, y de terminar de bocetear las ideas que escribí en una pequeña libretita a modo de desembarazarme. Y mañana por la mañana evitaré tomar el café cargado que me confunde y me deja tonto para ver las cosas como realmente son. Hola pequeño ser diría Spinetta.

Actualización: Tarde en la noche. Leí bastante y practiqué manos y rostros, acá están algunos scaneos.

Actualización2: No he podido escanear las manos porque están en un formato A3, conformate con la cabeza que vale por dos.