Bajan

Cómo olvidar tu altivez Viti, la parte que más me gustaba de ti. Esa mirada entre tímida y soberbia que definía certeramente tu carácter, que era tan tuyo, igual que tu cabello de colores, igual que el cigarrillo que titilaba en tus labios. Es una verdadera lástima que lo hayas perdido todo tan solo por seguir las costumbres de los otros, ahora que te persigo por los pasillos y que te observo de reojo, caminando como las demás chicas, sonriendo fingidamente, vistiéndote de rosado, modelando tu figura en una actitud de aprobación, haciendo todo lo posible por ser como los demás. Cuando te conocí, habíamos hablado mucho de "Artaud", ese majestuoso disco de Pescado Rabioso que desde la tapa verdosa nos educaba a ver el mundo desde un rincón diferente. Te gustaba “Cementerio Club” (Justo que pensaba, en vos nena..) mi tema favorito era “Bajan” porque la letra tendía una fina melancolía que me gustaba cantar con el cigarrillo y el vaso de vino, y esa frase tan dulce que sólo sabía decir Spinetta “y además vos eres sol, despacio también podés ser la luna” Todo eso me recordaba la época en la que fingía ser estudiante de psicología, y me gustaba llevar el cabello largo. Te dediqué “Bajan” muchas veces, y fue la melodía que tarareaba en mi memoria cada vez que acordábamos en encontrarnos en los asientos de la facultad. Bebíamos y cantábamos mientras nos mordíamos los labios al besarnos.

El tiempo nos arrinconaba despacio y yo me sujetaba de tus pequeñas manos y tu chaleco negro de cuero, las botas altas, los pendientes de plumas.