Barro Talvez


Recuerdo muy bien el entusiasmo que tuve cuando decidí que quería ser Ilustrador. Los días siguientes a esa decisión definitiva, fueron días de magistral encierro; como quién descubriera un tesoro en medio de una total pobreza. Frente a aquella revelación (mi nuevo vicio, mi nueva obsesión) aparecían constantes dudas que, afortunadamente, ponían mis pies sobre la tierra ¿Qué significa ser Ilustrador? ¿Tengo lo necesario para ser un Ilustrador? ¿Seré realmente un Ilustrador?

Recordé el primer cuento que escribí a mis 17 años; época en la que también estaba preso por una revelación semejante a lo que hoy es el dibujo para mi: La Literatura. Descubrí un nuevo mundo, que cambió para siempre mi forma de ver la realidad. Un terreno que también me permitía expresarme, que aplacaba mi silencio. Desde entonces sigo escribiendo pero con la pasión acentuada.

Estuve en este mismo lugar y reconozco perfectamente los síntomas. Estoy aquí porque necesito decir algo y estas son mis herramientas. El color es una carta de presentación, la composición es una manera de ordenar las ideas, el dibujo también es un lenguaje. Cada día, voy respondiendo un poco más acertadamente las preguntas, y entiendo perfectamente que esta aventura es un recorrido bastante largo.

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