Givi


—La noche es algo grande —dice Rob, estamos sentados en la mesita del pasillo, los dos de traje negro ¡Que gran coincidencia! Rob fuma despiadadamente mientras me cuenta cómo empezó en este negocio.
—La cocaína —dice, mientras toma un gran sorbo del Holandes. —Aquellos días eran niñas de no menos de dieciséis años, mientras a nosotros nos daba tanto asco estar metidos en esto, y obligarles era aún peor —dice. No puedo creer que todos pendamos del mismo sistema, que todos estuviéramos entrelazados por las mismas miradas y las mismas actitudes.
-Por lo menos aquí es más limpio –dice Rob, que ahora me mira inquietamente a los ojos.
-Sí  -respondo.

 Mientras la noche pasa, reviso los bolsillos y encuentro la primera nota que Givi me escribió, cuando nos conocimos, hace tanto tiempo ya:

Felices o no, bien o mal, estamos aquí,  los dos. Tu en un lugar y yo en el otro. Uno nunca olvida a las personas que quiso, las personas que le cambiaron y cambiaron su forma de pensar. Antes de conocerte yo pensaba y vivía de una forma muy distinta, aún ahora Siento que las personas vamos cambiando a cada momento y dejamos de ser lo que fuimos y ahora somos distintos, mas no ajenos. Tú me enseñaste a apreciar las cosas que tenemos o tuvimos y que la gente puede decidir hacer lo correcto o no, y que cada uno vive mal o bien, pero siempre tiene la posibilidad de ser felices aún dentro de la peor de las tormentas.

Comentarios

Entradas populares