árbol

Intento no prestarle atención al sonido que hace mi celular de vez en cuando. Necesito concentrarme en lo que estoy haciendo, el silencio es bastante importante a la hora de trabajar estas ideas. Enciendo un cigarrillo sin ninguna culpa, sí, empecé a fumar nuevamente, extrañaba ese áspero gusto, tanto así como voy extrañando la dulzura de tus labios. De igual forma mañana me inventaré una excusa para no volver a fumar ni tampoco para desear besarte otra vez. Lo que extrañó ahora es tu cuerpo, tu cintura, tus senos, no extraño hablar contigo porque decías pura mierda; aburrida y adormecedora. No olvido la muñeca que me regalaste pensando que me haría compañía, ciertamente fue una compañera, pues dormía abrazándola, me abrigaba aquel perfume que despedía. 

Paso los días dibujando, fumando sin parar. Podría decirse que alimento tontamente a mis fantasmas, al borde casi de padecerlos patológicamente. Sin embargo, no todo es un sufrimiento fatal. La elección del encierro me ayuda a conocerme poco a poco, de una manera gradual, ya habrá tiempo de salir al mundo y recolectar más ideas.

Hoy dibujé un árbol.